jueves, 25 de junio de 2009

SALT DE SALLENT DE OLOT


Esta semana a Anaïs y a mí nos apetecía hacer algo más técnico, así que el martes escogimos el Salt de Sallent de Sant Privat d'en Bas, en la comarca gerundense de la Garrotxa. El descenso consiste básicamente en una cascada de unos 135 metros que se fracciona en cinco rápeles instalados con químicos en medio de la pared, dos de ellos colgados, con un volado y un péndulo incluidos.

Para la aproximación al descenso, tomando como referencia la ciudad de Olot, debemos salir por la carretera C-152 en dirección a Les Preses, y una vez allí continuar por la GIP-5226 en dirección a Sant Privat d'en Bas. Pasaremos varias casas unifamiliares, y cerca del núcleo del pueblo, en una bifurcación, tomaremos la pista asfaltada que sale por la izquierda. Pronto pasa a ser pista de tierra, pero la seguiremos sin desviarnos, siempre en dirección Salt de Sallent, hasta llegar a una barrera que corta el paso. Aquí dejaremos aparcado el coche, y seguiremos a pie.

Continuaremos caminando por la pista, siguiendo las indicaciones "Salt de Sallent per les escales". El sendero pasa a estar señalizado con unos postes. Debemos seguirlos hasta que nos llevan al cauce del río, pero ¡ojo! Los postes se acercan una primera vez al río, y al otro lado parece haber camino: no es por ahí (de las tres veces que he bajado Salt de Sallent o Cavorques, me he equivocado dos...). Debemos seguir por la orilla derecha hidrográfica, donde encontraremos más postes, hasta que éstos nos conduzcan nuevamente al cauce y veamos un poste también al otro lado. Por ahí, el camino zigzaguea y asciende hasta llegar a los prados que hay en lo alto. Luego el sendero nos deja en el cauce del río Gurn y el inicio del descenso. Si quisiéramos bajar el Cavorques, sólo tendríamos que cruzar y continuar cien metros más allá. En estas fechas el caudal es mínimo, una fina cortina de agua en la cascada que te moja sólo en el R35, y en el resto si sopla el viento.

Después de equiparnos, iniciamos el descenso con un rápel de quince metros. Y el susto: tirado en la repisa, algo más abajo, vimos lo que parecía un cuerpo. Era un maniquí completamente vestido, con zapatos y guantes, pero la primera impresión ahí queda. Lo hicimos caer cascada abajo, donde se reunió con otro más, vestido exactamente igual. ¿Espantapájaros? ¿Una broma macabra? Qué mal rollo...














Ese primer rápel nos lleva a la reunión del segundo, colgado en la salida de la repisa aunque con un pequeño apoyo para los pies. Desde ahí bajamos diecisiete metros más, hasta la reunión del tercer rápel, el más técnico de inicio a fin.























El tercer rápel parte de una instalación colgada, que cuenta con varios químicos para montar un pasamanos. Al poco se convierte en un rápel volado -recordad que en este momento estamos a unos 100 metros del suelo-, y al llegar a la siguiente reunión estamos a un metro y pico de la pared, por lo que hay que pendular un poco para llegar a la repisa.

































Desde ahí bajaremos otros cuarenta metros. La cascada empieza a perder verticalidad a medida que nos acercamos a su base, y llegamos a unas gradas. Encontraremos la última de las reuniones, desde la que otro rápel de 40 metros nos dejará en tierra definitivamente firme.






















































El Salt de Sallent y el Cavorques, que vemos permanentemente a nuestra derecha hidrográfica, se unen aquí. Después de unos resaltes, superaremos un engorgamiento con un rápel de 30 metros. Aquí bajaba algo de agua, aunque nos mojaba poco más que los pies, y la poza de recepción estaba sucia. Tras ello, unos pocos resaltes más nos dejan de nuevo en el camino de acceso: sólo queda desandarlo.
















escrito por Xavier Guerrero

domingo, 14 de junio de 2009

AGRIDULCE GORGS-MAYENCOS 2009

Siempre es interesante acudir a los encuentros de barranquismo, más que nada por reencontrarte con viejos amigos y conocidos, comentar las últimas "hazañas" de cada uno y conocer los proyectos de futuro, ver proyecciones de zonas hasta ahora desconocidas, compartir técnicas... Este año el Gorgs-Mayencos prometía, ya se adivinaba que la organización había mejorado considerablemente respecto a años anteriores. Y no defraudó: la edición de este año, que coorganizaban las federaciones aragonesas y catalanas de montaña y espeleología, congregaron en Morillo de Tou, cerca de Aínsa, más de setecientos barranquistas venidos de todo el mundo.

Sin embargo, a la hora de escribir estas líneas el sabor es amargo. Mientras se celebraba la gran fiesta del barranquismo, dos de nuestros compañeros perdían la vida. Siempre decimos que cuando nos llegue la hora, que sea haciendo lo que más nos gusta, pero... ¿quién cuenta realmente con morir cuando se enfunda el neopreno? ¿Quien asume como si nada la marcha de un amigo, de un compañero? JesusTBO, compañero blogger de barrancos, y Alex Batllori, pionero y aperturista de muchos barrancos, entre ellos aquel en el que encontró la muerte, descansan hoy en paz. Junto al chico riojano que perdió la vida el lunes en el Llech, ambos nos reclaman reflexión y prudencia sobre esta actividad tan bella, y tan terrible a veces.

Estos hechos aguaron los ánimos de los presentes desde el sábado por la noche, pero a pesar de todo, el encuentro fue un éxito. David, Judit, Manu, Anaïs y yo llegamos allí el viernes a eso de las nueve de la noche. ¡Y nos tocó hacer cola para inscribirnos! Luego plantar las tiendas, cenar, ver los stands presentes allí... Como se ve en la foto, ¡había buenos descuentos! En el stand de Korda's nos hicieron una demostración de la calidad de sus cuerdas. Y antes de dormir, una cervecita...














El sábado, David y Judit tuvieron su primera niña: se llama Dana, y midió 40 metros al nacer... Después las chicas fueron a visitar Aínsa, y los chicos decidimos barranquear. Para evitar aglomeraciones optamos por el barranco de Ordiceto: un perfecto desconocido para nosotros hasta ahora, y una grata sorpresa. Lo disfrutamos en solitario y sólo coincidimos al final, en el párking, con @lbert, Saba y su grupo, que algún día nos tendrán que comprar una camiseta...















De vuelta a Morillo de Tou, y después de comer algo, estuvimos en el III Congreso Internacional de Cañones y Barrancos y sus audiovisuales. Primero Nepali Connection, interesante descubrimiento del barranquismo en Nepal, y luego una exposición de Korda's sobre la cadena de seguridad. A continuación vimos una divertida presentación sobre los barrancos de California a cargo de Luca, un tío de clase C, y finalmente la presentación del manual de aguas vivas de José Antonio Ortega, también muy interesante.


















Al salir de las exposiciones, y antes de la cena, ya corrían las noticias sobre el accidente del Sorrosal, y rumores sobre el de Literola. La organización estuvo a punto de suspender los actos de la noche, pero decidieron continuar adelante en homenaje a Jesús y Alex. La cena fue multitudinaria, y hubo regalos de los patrocinadores para todos en un sorteo larguísimo: cuando ya no esperábamos nada, David se llevó un frontal, y Anaïs un casco Petzl Meteor III. ¡Buenos premios! Por supuesto, a mí no me tocó nada, para variar...

La fiesta se prolongó hasta tarde, aunque nosotros nos fuimos a dormir antes de que acabara. El domingo por la mañana recogimos, tomamos algo en Aínsa y... ¡para casa! No había ganas de bajar nada.

escrito por Xavier Guerrero

miércoles, 3 de junio de 2009

PRÁCTICAS EN LA FOU DE TOUS

Este lunes, para aprovechar el día, decidimos dedicar la tarde a practicar maniobras de cuerda en la Fou de Tous, un cortísimo barranco situado en Sant Martí de Tous, cerca de Igualada. No es que por sí solo merezca una visita, pero ya le había echado el ojo hace tiempo como un buen lugar para practicar: en apenas 100 metros que tiene este descenso, hay multitud de instalaciones a izquierda y derecha en las que poder entrenar rápeles, pasamanos, guiados, remonte por cuerda... Y a eso fuimos.

Para llegar hasta allí, se sale de Igualada por la carretera C-241C en dirección a Santa Coloma de Queralt, y en unos pocos kilómetros se encuentra el desvío a Sant Martí de Tous. Al entrar en el pueblo, tomamos una calle a la derecha y siguiendo las indicaciones "La Fou-Albareda" salimos del pueblo justamente por la calle La Fou, que entonces se convierte en pista de tierra. No tenemos más que seguir las indicaciones a La Fou, y no tardamos en llegar.

El descenso consta de dos rápeles, de unos 5 y 12 metros más o menos; aunque la única reseña que conozco (Guía pràctica del descens de barrancs i engorjats de Catalunya, Pere Miralles 1994) da una altura de 20 metros para el segundo, a nosotros nos sobraba cuerda utilizando un 30 en doble. Nihra nos esperó en la poza final sin perder detalle. Luego se dió un bañito con nosotros...



































No estuvimos solos: la poza final es un lugar concurrido, y además otro grupo también escogió la Fou para practicar.


















escrito por Xavier Guerrero